EL SAOP CELEBRA EL 50° ANIVERSARIO DE NUESTRA UNLZ
Nos encontramos muy contentas y contentos en este 2022 de haber retornado a la presencialidad plena, porque estamos convencidos que la construcción social del conocimiento es un proceso que requiere, entre otras dimensiones, el vínculo con otras y otros, la proximidad y el intercambio con compañeras, compañeros y docentes. Aprender y estudiar es “hacer tribu” dentro y fuera de las aulas universitarias.
Sabemos que el retorno a las aulas en este año siempre conlleva además un elemento fundamental: la reafirmación de la conquista de un derecho humano, el derecho a una educación universitaria pública, gratuita, laica, de alta calidad y con ingreso irrestricto.
Ésta ha sido una gran conquista de nuestra Universidad, desde su fundación en 1972 ¡hace 50 años! en nuestro conurbano sur. Esta política pública se originó en el año 1949 cuando se promulgó el decreto presidencial 29.337, en cuyos considerandos se manifiesta que “es función del Estado amparar la enseñanza universitaria” así como “prestar todo su apoyo a los jóvenes estudiantes que aspiren a contribuir al bienestar y prosperidad de la Nación, suprimiendo todo obstáculo que les impida o trabe el cumplimiento de tan notable y legítima vocación.”
Antes de 1949 -y de 1972 en nuestro conurbano- la Universidad era una posibilidad que sólo podían alcanzar aquellas y aquellos que por sus recursos (de toda índole) conseguían prepararse para un examen de ingreso o abonar un arancel mensual excluyente para la mayoría de las y los jóvenes ciudadanos y sus familias.
Quedaban así tantas y tantos sin la posibilidad de incorporarse a un ámbito académico: se trataba de una política elitista dirigida a la profundización de las diferencias en las vías de acceso a los conocimientos, que perpetuaba las desigualdades económico-sociales de miles y miles de estudiantes.
Resulta evidente que la educación en todos sus niveles –pero principalmente en los estudios superiores– constituye un elemento central en la movilidad social. La UNLZ llegó hace ya medio siglo para sentar las bases y garantías de este derecho humano crucial.
La historia de la educación argentina nos invita a recordar que, en distintas generaciones, las y los estudiantes universitarios han sido los mayores impulsores y defensores de la Universidad Pública desde principios del siglo XX. Es de esperar que quienes hoy habitan las aulas de nuestra Facultad también lo sean, ya que esta defensa resulta imprescindible en un período como el que
atravesamos –luego de cuatro cuatrimestres virtuales- con tantos desafíos, problemáticas e incógnitas.
Hoy, en 2022 y en el cincuentenario de nuestra Universidad, las políticas públicas universitarias siguen ofreciendo oportunidades de estudio para quienes, hasta la creación de las universidades del conurbano –donde la UNLZ es pionera en esta voluntad- no las tenían; donde incluso resultaba impensable a tantas hijas e hijos de las familias bonaerenses, incorporarse a un ámbito académico.
La voluntad política de la gestión encabezada por nuestro decano Gustavo Naón también ha posibilitado desde 2018 el acrecentamiento de oportunidades de atención psicopedagógica para niñas, niños, adolescentes y jóvenes adultos del conurbano sur, que desarrollamos desde el SAOP, el Servicio de Atención y Orientación Psicopedagógica de la UNLZ.
Nuestra Facultad de Ciencias Sociales es producto de una sentida aspiración democrática de la sociedad argentina, aspiración hoy hostigada por los mercaderes del odio y el rencor. Por ello su misión y objetivo es -y siempre lo ha sido- democratizar el acceso a los conocimientos de las y los estudiantes del conurbano sur. Esta es nuestra defensa de la democracia. Por ello es que manifestamos un rotundo NO a que la convivencia sea amenazada, así como un rotundo NO a que la educación universitaria constituya un privilegio para unas y unos pocos.
En este sentido, conocer la historia, origen y espíritu de la UNLZ en su cincuentenario nos permite –tanto a estudiantes, docentes y no docentes como a la comunidad educativa toda– visibilizar el enorme valor social que nuestra Casa de Estudios posee, con el sostenimiento y la participación de funcionarios, docentes, no docentes y estudiantes. Calidad académica y conciencia social van de la mano en nuestra Facultad. Orgullo de pertenecer, decisión de garantizar derechos ciudadanos.
Oscar Amaya
Director
Septiembre de 2022