La investigadora e historiadora Dora Barrancos brindó una Conferencia Magistral en la que reflexionó sobre patriarcado, feminismo, igualdad jurídica y violencias, en el marco de la Diplomatura en Géneros y Sociedad. Antes fue declarada Huésped de Honor en forma conjunta por la decana de Derecho, María Fernanda Vazquez, y el decano de Ciencias Sociales, Gustavo Naón en una ceremonia que contó con la presencia de de la secretaria de Investigaciones de  Sociales, Luz Canella Tsuji, y el secretario de Extensión de Derecho, Fabio Arce.

 

Ante el auditorio y tras apuntar que “el lenguaje es el gran aparato que construye nuestra posibilidad completa de ser sujetos”, Barrancos señaló que “el tiempo social es el gran creador de los conceptos del derecho”.

 

En ese sentido, afirmó que “el Derecho ha sido históricamente una construcción de los sentidos sociales epocales” y que, en la medida en que transcurre el tiempo, “un delito pierde su sentido”, como en el caso del adulterio.

 

Para la investigadora, “el orden jurídico es una suerte de esclerosis del patriarcado”, el cual “no viene embutido con nuestra condición humana” y “no se comporta siempre de la misma manera”.

 

En un breve repaso histórico, Barrancos explicó que el siglo XIX se caracterizó por “una moral completamente restrictiva”; la aparición del “mandato inexorable de la maternidad, que no era tan exigente en los siglos anteriores”, y la separación de “una esfera privada, doméstica, y una esfera pública”.

 

Por ese entonces, “el patriarcado se extendió en todos los grupos sociales”. “Desde el punto de vista de la valoración de la mujer, no había diferencia entre el señor burgués y el obrero. Todos pensaban que el verdadero lugar de la mujer era el hogar, la reproducción”, explicó la historiadora e indicó que se trató de “una exigencia extraordinariamente nueva”.

 

La universidades no fueron la excepción de la época: “La mayoría de las primeras universitarias en el mundo fueron médicas, obstetras u odontólogas. Es decir, estaban confinadas al área de cuidar”.

 

En ese clima de “discriminación contra las mujeres” nace el feminismo.

 

Por otra parte, la investigadora apuntó que “la igualdad jurídica está en la agenda de todas las feministas” y destacó que durante “la última parte del Siglo XX y la más reciente del Siglo XXI, en Argentina ha sido muy precipitado el orden de los nuevos derechos para las mujeres”. En ese sentido, remarcó la importancia de las leyes de matrimonio igualitario e  identidad de género, la modificación del Código Civil de 1926 y el derecho al voto femenino en igualdad de condiciones que los hombres, conquistado en 1947 y efectivizado en 1951.

 

Más adelante, la historiadora sostuvo que “el concepto que hoy tenemos de violencia es completamente nuevo”. “Antes, se podía reclamar por la inferioridad jurídica pero no se reclamaba por una cuestión ominosa que tenían Códigos Penales. Existía una absoluta colaboración del Estado, porque el homicidio por condiciones de adulterio tenía atenuantes”, detalló Barrancos y remarcó que la modificación de 1921 el Código Penal “dio lugar a otro instituto que ha sido muy perverso: emoción violenta”.

 

“Los derechos que hemos consagrado tiene muchísimo que ver, en general, para evitar las violencias”, afirmó la expositora sobre el final de la conferencia. Además, hizo hincapié en la importancia de revisar los “procedimientos” y las “formas de resolutividad” para actuar “en tiempo y forma”. En esa línea, señaló que al derecho le costó y le cuesta mucho la “interpretación de las violencias”, incluso más que “al imaginario corriente de nuestra población”.

 

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