Resultados provisorios obtenidos

De acuerdo al diagnóstico-acción llevado a cabo en forma periódica desde 1997, se pudo caracterizar puntualmente a grupos etarios que, por su importancia en la vida de las sociedades, requieren de la máxima atención: las infancias y las adolescencias, ya que la complejidad actual de los centros urbanos genera una serie de situaciones problemáticas, muy diferentes de las que en la segunda mitad del siglo pasado eran propias de este sector. Las mutaciones de las tramas sociales que se fueron evidenciando en los resultados, pueden sintetizarse en los siguientes puntos:

 

-Modificaciones sustanciales en la estructura de la familia tradicional, evidenciada en nuevas configuraciones subjetivas de sus integrantes y en formas inéditas en los entramados familiares mismos, que plantean el escenario de la diversidad.

-Transformaciones importantes en el mundo del trabajo caracterizadas por un acelerado cambio en las competencias exigidas, una drástica redefinición del lugar social del trabajador y la problemática de extensos sectores que padecen desocupación y subocupación.

-Acelerado crecimiento de las tecnologías multimediáticas que exigen habilidades novedosas y cuyo acceso a las mismas es condición de inclusión social.

-Creciente proceso de diferenciación y heterogeneización social que pone en crisis las bases materiales y las representaciones simbólicas de las identidades colectivas y generan efectos fragmentadores en los lazos sociales y los consiguientes modelos de solidaridad y comportamientos comunitarios. 

-Transformaciones importantes, en términos de deterioro y fragmentación, de las competencias culturales con que niñas, niños y adolescentes ingresan y transitan en sus respectivas instituciones escolares. Es sabido que los saberes previos de les sujetos constituyen la base sobre la cual se articulan los nuevos saberes, por lo tanto, su ausencia desencadena una serie de problemáticas que deben ser asistidas dentro y fuera de los establecimientos escolares.

 

En las nuevas formas que reviste el universo social configurado a partir de la década del 80 se destaca una característica: la marcada tendencia al establecimiento de las genéricamente denominadas sociedades duales neoliberales. La naturaleza de este tipo de sociedades corre el riesgo de acentuar el predominio en materia económica, social y cultural, de determinados grupos sociales por sobre otros. No escapa a esta descripción una acelerada recomposición de creencias y valores colectivos, una reconfiguración novedosa en los denominados imaginarios sociales y consecuentemente una modificación igualmente notable en la configuración de las subjetividades. 

 

En esta tensión, producto de fuerzas asimétricas, queda comprometida toda la sociedad y los diferentes grupos que la conforman, que operan respuestas cada vez más disociadas y a veces anómicas. Los sectores más vulnerados han dejado de tener certeza sobre aquello que los hacía socialmente útiles: su fuerza de trabajo. Esta situación en la Argentina es más desestructurante de lo civil que en otros países, porque aquí no es la categoría de ciudadano la que se universaliza sino la de trabajador. Esta última categoría ha constituido a los individuos en sujetos de derecho frente al Estado y no primordialmente el hecho de ser ciudadanos

 

Las problemáticas actuales de los grupos etarios mencionados con anterioridad, resulta entonces de la trama social configurada en esta tensión, que le imprime diversas y definidas características. Es necesario insistir en que tanto las infancias como las adolescencias son definidas en este contexto como grupos en situación de riesgo. Se define como factor de riesgo a toda característica o circunstancia determinable de una persona o de un grupo de personas que, según los conocimientos que se poseen o se le han despojado, los coloca ante la posibilidad de sufrir un proceso patologizante y de encontrarse afectado desfavorablemente por tal proceso.

 

Las características de los grupos en riesgo son de tan variada naturaleza, que todo intento de abordaje clínico implica la necesidad de un enfoque interdisciplinario –cuestión que se profundiza en el siguiente subtítulo-puesto que los dispositivos orientados hacia una sola disciplina resultan muy reducidos y parciales, ante la complejidad de la trama social y la vertiginosidad de los cambios que en ella se operan.

 

Las conclusiones elaboradas a partir del análisis de los indicadores obtenidos en 1997 sugirieron la necesidad del establecimiento de un servicio asistencial y de orientación psicopedagógico que pudiese abordar, en forma sistemática y sostenida en el tiempo, el conjunto de problemáticas enunciadas en éste y otros puntos del Proyecto. Implementado y producto del tránsito institucional llevado a cabo en los primeros años, se evidenció la necesidad de ampliar los días de atención, así como de ampliar en 2008 los espacios físicos de atención del SAOP.

 

Nota

Las citas que figuran han sido extraídas de “El SAOP: un dispositivo clínico-institucional”, capítulo 1 de Lucio Cerdá del libro de la cátedra Clínica Psicopedagógica /SAOP “Modelos y estrategias de intervención clínica en psicopedagogía. Reflexiones y experiencias desde el paradigma de la complejidad” producido por los docentes de la cátedra y supervisoras. Coordinadora general y director del SAOP, y de “Avatares de los aprendizajes. Sus dimensiones y trastornos. Una perspectiva multidisciplinaria”.

 

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