El Servicio de Atención y Orientación Psicopedagógica (SAOP) cumplió 25 años y su director, Oscar Amaya, habló en una entrevista acerca de la tarea que se realiza -desde 1998- en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ).

“El SAOP es un servicio universitario de diagnósticos y tratamientos psicopedagógicos totalmente público, gratuito, con calidad científica y profesional; y con conciencia territorial”, explicó Amaya. Este espacio, integrado por más de 70 profesionales, cuenta con atención de lunes a sábados con “una media de 120 pacientes” y 11 módulos de trabajo. A lo que su director resaltó no haber “encontrado servicios parecidos al SAOP en este sentido”.

Está destinado a estudiantes y profesionales de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNLZ y está “totalmente atado a la carrera” de Psicopedagogía de la casa de estudios ya que cuenta con prácticas profesionales y pre profesionales.
En el SAOP “trabajan casi 100 personas” que acompañan a familias del conurbano sur y debido a la amplitud y seriedad que fue ganando a través del tiempo los márgenes territoriales de atención han sido cada vez más grandes.

“Es una institución pujante y que, ante todo, rescata el derecho de toda niña, todo niño y todo joven a tener su tratamiento psicopedagógico en un momento tan complicado como el de la pos pandemia, pero a lo largo de su historia poblaciones en riesgo, familias en riesgo”, remarcó Amaya.

Desde el 2018 el servicio incluyó el acompañamiento a las 10 carreras de la Facultad de Ciencias Sociales con el tratamiento de estudiantes con dificultades en “sus trayectorias académicas”.

Entre los momentos destacados de su historia, el director del SAOP, Oscar Amaya, recordó a Lucio Cerdá -con quien fundaron el servicio hace 25 años- y lamentó su fallecimiento en 2009: “Fue un golpe muy duro para todos, pero eso nos ayudó a poner en consideración la solidez de un dispositivo. Es decir, ¿podía el SAOP seguir existiendo en ausencia de Lucio?”.

En este sentido, expresó que “la eficacia y la potencia de una institución” están marcadas por “los efectos que produce” y, el servicio generó en todos sus años “justicia social, restitución de derechos de las infancias y un legado”.

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