n sábado 3 de noviembre de 2018, en un mundo que supimos habitar, festejábamos nuestros primeros 20 años. Un día que fue por cierto inolvidable, atravesado por muchas emociones, recuerdos y reencuentros.
Ese día, que plasmó un entrecruzamiento entre la dimensión académica y la dimensión artística (es decir, ética y estética), tuvo un momento culminante en el número artístico de cierre del la Jornada, a cargo de pacientes y profesionales del SAOP.
Unx de nosotrxs estuvo a cargo de la concepción, los ensayos, la musicalización y la puesta en escena, entre otras responsabilidades. Se trata de la saopiana Rocio San Agustin. En un momento de la presentación, nuestra directora artística recitó el siguiente manifiesto clínico de su autoría:
“Poesía sobre las prácticas psicopedagógicas
Escucharme y escucharnos
Encontrarme y encontrarnos
Respetarme y respetarnos
Ayudarme y ayudarnos
Transformarme y transformarnos
Las prácticas psicopedagógicas se mueven al ritmo del mar… o de una danza… son aquéllas superadoras de obstáculos… aquellas que miran más allá… que pintan, con colores mágicos, puertas que se abren hacia nuevos mundos posibles, que antes eran invisibles…
Prácticas psicopedagógicas que vibran al compás de la lucha… una lucha que genera autonomía y libertad… prácticas que siembran lágrimas, sonrisas y nuevos pensamientos… que se suceden en mágicos y reales encuentros…
Encuentros que siembran pasos pequeños y agigantados… encuentros que dan lugar a “un decir” y “un caminar” hacia la liberación…
Todos tenemos el derecho a poder reinventar nuestros caminos… Y por medio de la creación, poder imaginar, escribir y cantar nuestra propia canción…”