Casi 300 familias se acercaron al Servicio de Atención y Orientación Psicopedagógica (SAOP), que funciona en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, para inscribirse en la lista de espera de pacientes. La cifra constituye un hecho inédito en términos de demanda, ya que representa el 20 % de la cantidad de familias atendidas desde 1998 hasta la fecha.

“Ni siquiera durante la hecatombe socioeconómica de 2001 registramos tamaña demanda social”, aseguró el director del SAOP, Oscar Amaya, y expresó su pesar ante “el estado de riesgo y vulnerabilidad” en que se encuentran las personas que llegaron hasta la casa de estudios para solicitar la atención.

El SAOP cumplió 21 años en marzo y a lo largo de sus más de dos décadas de funcionamiento ininterrumpido atendió y orientó gratuitamente a más de 1500 familias. En el mes de abril, del lunes 22 al viernes 26, abrió la lista de espera correspondiente al año en curso.

Históricamente, la apertura se hace dos veces al año, a fin de recibir a las familias del conurbano sur para comenzar luego con las entrevistas de admisión al SAOP de aquellas niñas, niños y adolescentes que requieren de un diagnóstico psicopedagógico y eventual tratamiento.  Pese a la ampliación del servicio impulsada con la reapertura de cinco módulos de atención, este año no será posible abrir la segunda instancia de inscripciones debido a la enorme demanda registrada.

“A lo largo de esa semana, las familias nos relataron sus penurias y su fragilidad respecto de la precaria educación y atención sanitaria que están recibiendo sus hijos e hijas”, comentó el responsable del Servicio y señaló que “el estado de riesgo y vulnerabilidad con que se acercaron al SAOP nos ha impactado, al verlos y escucharlos en su tristeza y desorientación respecto de su presente y su futuro inmediato: incertidumbre laboral o imposibilidad de acceder a un puesto digno de trabajo, desorientación respecto de cómo llevar adelante pautas de crianza y sostenimiento de las necesidades básicas de sus hijos e hijas, dificultades en acompañar su tránsito escolar respecto de los deberes y actividades que la escuela solicita para llevar a cabo en el hogar”.

“Como agentes comunitarios y de salud pública, nos alarma la situación de empobrecimiento y abandono que el Gobierno realiza en relación a sus ciudadanos, debido a la ausencia de políticas públicas sostenidas y responsables que garanticen su derecho al trabajo, la educación y la salud”, afirmó Amaya y completó: “Compartimos plenamente la reflexión de Graciela Frigerio: hoy el resto, en nuestra sociedad, no es el producto indeseado ni el efecto no buscado de una política. La magnitud del resto da cuenta de la eficacia de las políticas. No de su fracaso, no de su descuido, sino de su éxito.”

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